Ganadores del concurso de microrrelatos “Día de Canarias”

El área de Cultura del Ayuntamiento de la Villa de Garafía, anuncia el fallo del jurado del III Concurso de Microrrelatos Día de Canarias.

El pasado 26 de mayo concluía el plazo de presentación de obras al III Concurso de Microrrelatos Día de Canarias. Dicho certamen tiene como peculiaridad la introducción de cuatro palabras canarias de forma obligatoria en el texto.

El concurso tiene la finalidad de fomentar, visibilizar y poner en valor las palabras canarias, eligiendo para esta edición:  Jilorio, pelete, enralado y magua.

Un total de 33 microrrelatos han podido ser valorados por un jurado de lujo, que se ha mostrado satisfecho y asombrado de la originalidad de las obras; Belén Lorenzo (escritora), Miguel Ángel Guerra (periodista), Pedro Guerra (cantautor), han sido los encargados de valorar la originalidad, fluidez de la escritura, ortografía, gramática, grado de integración en el texto y calidad de la obra dando por ganadoras a las siguientes creaciones:

Categoría adulta:

1º Premio: Nieves Pilar Rodríguez Rodríguez por su obra “Cabotaje”.

Cabotaje

                ¿Cuánto puede aguantar uno sin respirar? ¿Tres minutos? ¿Cuatro? Toda mi vida cruza mi mente en segundos. También, vivos y muertos. Me espanto la magua de no poder despedirme de los míos. ¿Reventarán los pulmones al llenarse de agua? ¿Y mis compañeros? ¡San Telmito, auxílianos! Toda la vida en la mar y no sé nadar, aunque de nada me habría servido. El golpe en la nuca contra la fajana al salir despedido de la falúa me dejó inmóvil, así que el agua me mece como a una aguaviva. ¿Cuánto tiempo me quedará? El mar está enralado, choca sin mesura contra el risco. Se me retuercen las entrañas. Tengo pelete y el jilorio del miedo… Cerca de mí, flota un trozo despedazado de la amura donde figuraba el nombre del barco: Quisisana, leo aún. Las tinieblas me engullen a las cinco de la mañana del 13 de enero de 1951.

 

2º Premio: Evelin Beatriz Hermosillo Méndez por su obra “Canaria”.

Canaria

 

Desde que comenzara la guerra se le viró el fisquito sueño, perdió su legendario apetito, y volvió a ir a la iglesia como cuando murió su Carmelo, inquieta con el disgusto de ver a esos chiquitos rubios, tan guapos, Dios los bendiga, moqueando, arrebujados para aguantar ese pelete de fin de mundo, y el jilorio pegándoles las tripas a la espalda.

A sus noventa años, doña Candelaria rumiaba ausente cambiando las flores del Santísimo la forma de ayudar a esas pobres gentes, y fue ahí mismito, mientras el cura lanzaba perdigones de saliva ensayando el sermón, que dio con la idea.

Voló al campo de futbol, y cogió al bisnieto enralado festejando un gol.

—Mi niño, ¿puedo vender rosquetes por esos interneses tuyos?

—¡A todo el mundo, si quiere! – contestó entre risas.

El alba la sorprendió con las manos llenas de harina, sonriendo; ya no se quedaría con la magua.

 

Categoría juvenil:

1º Premio: Marta Francisco Sánchez por su obra “Un día lleno de sorpresas”.

 

Un día lleno de sorpresas

Me desperté con los rayos del sol y bajé a la cocina corriendo mientras pensaba: ¡Hoy es mi cumpleaños! ¿Qué me habrán preparado? Pero cuando saludé a mi madre no me dijo nada, disimulé y me senté. – ¡Qué jilorio! ¡Hay gofres!

Como era sábado, mis padres se fueron a trabajar, y mi hermana se quedó arriba, leyendo. ¿Se habían olvidado de mí? De repente sonó el timbre y, al abrir solo vi una carta. Esto es lo que decía: -Ven al bosque o lo lamentarás. Me aburría, así que fui a averiguar de quién era la carta.

Mientras atravesaba el frondoso bosque, una magua me recorría la piel al recordarme a mí y a mis amigos enralados cuando fuimos a una tirolina sobre un lago, poco antes de la pandemia. Recuerdo el pelete que hacía.

Oí un ruido y vi a mi familia y amigos rodeados de globos, ¡era una fiesta sorpresa!

 

2º Premio. Desierto.

 

Glemis Rodríguez, concejala de Cultura, pone en valor no solo el éxito de participación y el alcance que ha tenido el concurso, sino también la importancia de mantener vivas las palabras canarias que forman parte de la identidad y del lugar de donde somos. “Aportar por cuidar la idiosincrasia de nuestra tierra nunca debe ser motivo de vergüenza”.