Sor María Luisa Azpilicueta

Sor María Luisa Azpilicueta Díaz de Cerio nace el 10 de julio de 1938 en el municipio de Abaigar, en Navarra. Su infancia transcurre en su pueblo de nacimiento, en el seno de una familia de ocho hermanos.

Una vez realizados los estudios de Enfermería, y ya consagrada a la vida religiosa como Hija de la Caridad, llega a la Villa de Garafía el 4 de octubre de 1977. Su llegada se debe a la llamada de la Iglesia para que una Comunidad de las Hijas de la Caridad atendiese a la población de este municipio que se encontraba con grandes necesidades, especialmente a los mayores y los enfermos. Sor María Luisa llegó con la ilusión de contribuir al bienestar de los más desfavorecidos, en sus propias palabras “tratando de servir al que más necesita”.

Fue en Franceses donde, en una pequeña vivienda, instaló un botiquín en el que eran atendidos los vecinos que se acercaban con problemas de salud. Poco a poco, la necesidad de ofrecer mayores cuidados a los ancianos, hizo que Sor María Luisa fuese cofundadora de la Obra Social de Garafía, y posteriormente del Centro Asistencial de Franceses, actual Centro Asistencial “Sor Josefa Argote”. En él decenas de mayores han sido atendidos, y son atendidos, por las Hermanas de la Caridad. Pero ha sido Sor María Luisa quien continuamente ha estado presente en él, durante veinticuatro años consecutivos, cuidando de los mayores, atendiendo a quienes se acercan a él para recibir los primeros cuidados sanitarios, o para seguir un tratamiento. Y toda esta labor ha sido realizada desde el amor, la acogida y delicadeza que la caracterizan.

Y así ha sido fiel en esta misión, consiguiendo una mejora importante para la población garafiana, especialmente para el barrio de Franceses, donde centró su actividad durante los veinticuatro años en que ha convivido como una vecina más.

Labor Socio-Educativa.

Desde su llegada al municipio, Sor María Luisa ha sido una educadora nata. Inicialmente, impartiendo clases, a los menores de seis años que aún no estaban escolarizados, facilitando notablemente el trabajo de las madres en las tareas agrícolas y ganaderas. Posteriormente, Sor María Luisa impartió clases de Religión en el Colegio Público de Franceses, que años más tarde se denominaría San Vicente Ferrer. En él, impartió clases desde primero hasta octavo de E.G.B. Su generosidad la ha llevado a impartir estas clases de forma totalmente altruista. Y todo ello, lo realizaba de forma simultánea a las catequesis que impartía a los niños los domingos.

Pero también Sor María Luisa ha destacado en su faceta dinamizadora. Tanto desde la escuela, como desde la parroquia, ha sido gran promotora de las excursiones. Ha recorrido todos los rincones de Franceses acompañada de niños y jóvenes. Y también ha recorrido los barrios del municipio y otros lugares de la isla, con los jóvenes, tratando de fomentar la convivencia y el conocimiento del entorno.

Labor Religiosa.

Es esta devoción la que la ha llevado a recorrer todos y cada uno de los hogares de Franceses para compartir la oración. Cada tarde que podía, y que su trabajo se lo permitía, acudía a un hogar para rezar el Rosario. Ha visitado todos y cada uno de los hogares de sus vecinos. De antemano sabía si allí se encontraba la imagen de la Virgen Milagrosa o de Fátima. Pero no sólo eso, alentaba la convivencia vecinal al reunir a los vecinos más próximos para el rezo.

Sor María Luisa también ha tenido un papel preponderante en la vida parroquial. Su preocupación por la parroquia, por los catequistas, por los niños, por las eucaristías… han sido una constante en estos veinticuatro años de su estancia en Garafía.

Cada año, cuando llega el 5 de abril, Sor María Luisa ha querido celebrar la festividad del patrón de Franceses por todo lo alto. Unos años ha estado detrás de la comisión de fiestas, siempre en segunda fila, en silencio, fruto de su sencillez y humildad. Y lo mismo sucede con otras fiestas religiosas como el Día de la Cruz, acompañando y alentando a los jóvenes para el enrame de la cruz, la elección de los padrinos, y la oportuna procesión. Igualmente contribuye a la celebración del Corpus Christi, proponiendo ideas y trabajando como la que más para la realización de las alfombras en el interior y exterior del templo.

Labor Sanitaria.

Como A.T.S. que es, Sor María Luisa ha destacado en Garafía, especialmente en Franceses, por su labor sanitaria. Labor que se centra, no sólo en el atendimiento a los mayores y enfermos del barrio, sino a quienes, desde cualquier lugar de Garafía, acudían a su casa para ser atendidos en caso de urgencia.

Además de esto, Sor María Luisa prestaba atención sanitaria a domicilio; una atención totalmente gratuita y desinteresada. Asistir a los partos, poner inyecciones, tomar la tensión, etc. son  tareas cotidianas que desarrolla con total delicadeza y dulzura.

Sor María Luisa siempre se ha caracterizado por su humildad, su sencillez, su alegría y bondad. Desde ellos, y desde su entrega a Dios y a los demás, y desde la voluntariedad y gratuidad de todos sus actos, ha desarrollado una gran labor a favor de las personas que la han rodeado, desde los niños hasta los mayores.