Daños en granjas entrenando perros de cacería y cazadores ilegales
El primer día de entrenamiento de perros de cacería deja en la Villa de Garafía un rastro de animales de granja heridos y muertos. Varios vecinos del municipio han comunicado la presencia de perros de cacería, la mayoría de ellos sin la vigilancia de sus propietarios, en las inmediaciones de granjas y domicilios. Cabras, ovejas y gallinas han sufrido daños por parte de estos animales, ante el cansancio de sus propietarios que, un año más, ven cómo sus propiedades se ven invadidas por los cazadores y sus animales provenientes de otros municipios. Otros cazadores, respetuosos de la normativa, ayudaron a los vecinos afectados a localizar a los infractores, demostrando que no todos los que vienen de fuera lo hacen con malas intenciones.
Hay un terreno marcado para el entrenamiento de los perros, pero no se respeta. Los cazadores y sus animales salen de los límites conscientemente de hacerlo y sin recibir ningún tipo de sanción por ello.
En plena cuarentena por la alarma sanitaria provocada por el COVID-19 fue identificado un cazador de El Paso en el barrio de Las Tricias, donde se había trasladado y estaba cazando. En este caso se tramitó la denuncia por incumplir la normativa asociada al Estado de Alarma y no por incumplir la Ley de Caza.
A los daños en los animales de granja hay que sumar el expolio de frutales y huertas, ya habitual también los días de cacería y de entrenamiento de perros. Los vecinos de la Villa de Garafía hartos de estos desaprensivos quienes, lejos de avergonzarse de sus actos, se reafirman en ellos, presumen en redes sociales y amenazan a quienes les llaman la atención.
El miércoles 10 de junio fueron avistados varios cazadores con perros en la zona de Briesta, dentro de fincas de viña que están en plena producción. Los daños han sido cuantiosos, pues los perros estaban sin la vigilancia de sus propietarios, quienes huyeron de la zona al ser descubiertos. En esta ocasión se comunicaron los hechos a la Guardia Civil, que no pudo trasladarse a la zona.
Dentro de lo esperpéntico de esta situación se dan hechos como que un mismo cazador haya acumulado más de cien denuncias sin recibir ninguna sanción. Algunas de las infracciones cometidas son muy graves y nunca se le ha retirado el permiso de caza, sino que se le permite seguir cazando y cometiendo ilegalidades.
Por parte de los vecinos y los propietarios de fincas en el municipio se reclama más presencia y control por parte de los agentes de la autoridad, especialmente los días de entrenamiento y cacería. Policía Local, Guardia Civil, Seprona o agentes de Medio Ambiente, sabiendo los problemas que se vienen dando, deberían estar más presentes en estas zonas conflictivas, hacer controles a la salida de los cazadores para comprobar las piezas que han cazado y si llevan otro tipo de mercancías (frutas, verduras, animales de granja, etc.) que hayan sido obtenidas ilícitamente.
Desde el ayuntamiento se da traslado a la autoridad competente en materia cinegética, el Cabildo Insular, de las demandas y quejas presentadas por los vecinos. La gran mayoría de estos cazadores son reincidentes y han sido identificados con anterioridad, pero al no encontrar sanción por sus actividades ilegales se refuerzan en ellas y continúan cometiendo las mismas fechorías. El Ayuntamiento de la Villa de Garafía ya acudió en años anteriores a la Fiscalía para denunciar la falta de trámite en las denuncias a los cazadores.
La Consejera de Medio Ambiente del Cabildo Insular de La Palma ha propuesto al Ayuntamiento de la Villa de Garafía la realización de una reunión en los próximos días en la que se espera contar con la presencia de las autoridades responsables de la seguridad ciudadana insular para plantear la preocupante situación actual y la búsqueda de soluciones efectivas para todas las partes.