El Municipio de La Villa de Garafía está enclavado en la zona noroccidental de La Palma, es el segundo más extenso de sus municipios y cuenta en la actualidad con 1948 habitantes.
La Villa de Garafía se distribuye entre el mar y los 2.426 metros de altitud (Roque de Los Muchachos). El relieve está surcado de profundos barrancos que confieren al municipio un carácter abrupto que contribuye al aislamiento y a la vez le confiere una diversidad paisajística de gran belleza y espectacularidad.
La Villa de Garafía se sitúa geológicamente dentro de la zona más vieja de la isla aunque, sin embargo, en el contexto general del Archipiélago es un territorio bastante reciente ya que, por ejemplo, si en una isla como Fuerteventura los materiales más antiguos se remontan a unos 20 millones de años, en la Palma no van más allá de los 4 millones de años.
Esta parte antigua, formada por erupciones submarinas, se puede observar en La Villa de Garafía en algunas zonas donde la fuerte erosión y el ascenso consiguiente de los materiales la han dejado al descubierto. Los barrancos de Franceses y de Los Hombres junto con la Caldera de Taburiente son los mejores escenarios donde apreciar la parte antigua de la isla.
Sobre esta primitiva formación se depositarán los sedimentos de la corteza oceánica y a continuación se sucederán varias series de erupciones volcánicas que formarán primeramente el borde exterior de La Caldera y a continuación el resto.
La fuerza del viento y de las aguas han modelado y siguen modelando el paisaje. La erosión ha sido tan fuerte y rápida, a pesar de la relativa juventud del territorio, éste aparece totalmente abarrancado en estrechos y profundos cañones que desde el exterior de La Caldera se dirigen al mar salvando un desnivel de aproximadamente 2000 metros. De esta manera no existen los valles ni los lomos en arista. Todo el paisaje garafiano es una sucesión de barrancos encajados que dejan tablados entre ellos, a veces fuertemente inclinados hacia el mar. El que uno de los pagos garafianos de denomine El Tablado no es fruto de la casualidad.
Los barrancos son, sin duda, los más espectaculares del paisaje garafiano junto con las costas. Profundamente encajados, sus cursos presentan a veces desniveles de decenas y decenas de metros, cabocos de paredes verticales y vegetación exhuberante. El Caboco de la Hiedra en pleno barranco de Carmona es uno de los más claros ejemplos; toda la flora canaria autóctona de la zona de medianías está aquí representada, y no falta ni la sabina, especie bastante rara en la isla de la Palma. En la zona costera los barrancos se desandan de vegetación y constituyen verdaderos laboratorios geológicos: hasta dieciseis coladas volcánicas se observan en al curso bajo del barranco de Fernando Porto; las más caprichosas formas debido a la erosión diferencial nos las presenta el barranco de Domingo Díaz si lo observamos desde la atalaya de la montaña de La Centinela…
Las costas son acantiladas, como cortadas a cuchillo sobre el mar. Los materiales no compactados que se situana entre las sucesivas coladas basálticas son presa facil de la erosión eólica y marina. El resultado son los desprendiminetos y la acentuación de la perpendicularidad costera que, en la mayoría de las zonas, hace del todo inaccesible el acercamiento de las personas a un mar casi siempre alborotado.
Dos excepciones escapan a estas caracteristicas costeras: La Fajana en el pago de Franceses, y La Manga, en el de Juan Adalid. Los dos accidentes constituyen terrazas junto al mar, pero de formación distinta: La Fajana es fruto de los desprendimientos del acantilado que quedaron apricionados entre la linea de costa y los roques que se elevaban en el mar. La Manga tiene su origen en erupciones volcánicas que prolongaron la costa.
Por su sitiación, Garafía está expuesta a los vientos alisios y a las borrascas oceánicas, aunque los primeros con su cortejo de mar de nubes, rara vez pasan de Hoya Grande, dejando a Las Tricias fuera de su influjo benefactor. Como es normal en las islas, la zona costera se caracteriza por ser bastante árida, auque aquí se alcanzan rapidamente alturas considerables, y ya en Santo Domingo o en las Tricias, nucleos situados a unos 400 metros de altitud, la lluvia caida al año ronda los 600 litros por metro cuadrado. Las tabaibas, las jaras, los cardones, las higuerillas y algún brezo aislado señorean aquí el paisaje. Más arriba, en La Mata, Llano Negro, o Roque del Faro a unos 1.100 metros de altitud, se recogen miden unos 860 litros por metro cuadrado. Es la Garafía siembre verde de Brezos, Fayas, Acebiños, Helechos, Laurisilva y mil y un tipo más de vegetación, además de ser la Garafía de los volcanes, algunos ya tán erosionados que se hace dificil su identificación. A partir de aquí mayor sequedad y pinos; luego ya en la cumbre, nuevamente la aridez y una vegetación formada principalmente por codesos espinosos que desaparecen en las inmediaciones del Roque de Los Muchachos, donde el municipio y la isla alcanzan su máxima altura.
El municipio está dividido en 14 barrios; la geomorfología abrupta y la gran extensión del mismo, ha hecho que estos barrios estén diseminados por todo el territorio municipal y aislados entre sí y con el resto de la isla La Villa de Garafía está situada en el noroeste la isla de La Palma. Limita al este con el municipio de Puntagorda y al oeste con Barlovento.
Cuenta con 103 Km2 de superficie, dicha extensión sólo es superada por el municipio de El Paso que cuenta con gran superficie en el Parque Nacional de La Caldera de Taburiente, por lo que podría decirse que La Villa de Garafía es el municipio con mayor superficie habitable de la isla de La Palma.
La Villa de Garafía se distribuye entre el mar y los 2.426 metros de altitud (Roque de Los Muchachos). El relieve está surcado de profundos barrancos que confieren al municipio un carácter abrupto que contribuye al aislamiento y a la vez le confiere una diversidad paisajística de gran belleza y espectacularidad.
Tradicionalmente ha sido un pueblo con problemas de comunicación y aislamiento,lo que ha provocado problemas de desarrollo y un descenso poblacional importante. Sin embargo esto ha preservado su carácter rural y ecológico, lo que hace que tenga un gran potencial para el turismo rural. Está dividido en 14 barrios; la geomorfología abrupta y la gran extensión del mismo, ha hecho que estos barrios estén diseminados por todo el territorio municipal y aislados entre sí y con el resto de la isla.